Cómo afecta el tipo de alojamiento de las ponedoras sobre la calidad de sus huesos
Fuente: Blog Avicultura
Aunque la explotación de gallinas en baterías sigue siendo el sistema predominante a nivel mundial a causa de su mayor productividad y por una menos exigencia de espacio, desde hace tiempo se está cuestionando con el fin de explotar a las aves en un ambiente más natural y en el que la restricción de movimiento no pudiera afectar, como ocurre en las jaulas, a un deterioro de su estructura ósea.
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Prueba
Con el fin de estudiar este aspecto hemos llevado a cabo una prueba a fin de analizar la calidad de los huesos del fémur y la tibia de las gallinas de dos estirpes comerciales, la Hy-Line W-36 – blanca – y la Hy-Line Brown – marrón -, alojadas durante su producción en 3 sistemas diferentes, jaulas convencionales – JC – jaulas enriquecidas – JE – y en el suelo, con salida al exterior – FR -. Las densidades de población fueron 772 cm2 por ave en las JC, 1.505 cm2 por ave en las JE y 5,7 gallinas/m2 en el interior en el sistema FR y 3,5 m2 por ave en el exterior de éste. Todas las pollitas habían sido recriadas en el suelo, trasladándose a los unas JC a las 18 semanas de edad y cambiándose a los diferentes lugares de prueba a las 30 semanas. En todo lo demás su alimentación y manejo fueron los mismos, de acuerdo con las normas de Hy-Line.
En total se utilizaron 1.152 pollitas de cada tipo y a lo largo de la prueba, desde 30 semanas hasta el final de la misma, a 85 semanas se fueron sacrificando 6 aves de cada grupo en 8 ocasiones diferentes con el fin de analizar la calidad de los huesos de sus patas.
En el caso de las tibias ello se evaluó por su contenido en cenizas y la resistencia a la rotura, mientras que en el de los fémures la evaluación se basó en su densidad mineral y su porosidad.
Resultados
Una significativamente mayor resistencia a la rotura fue observada en las tibias de todas las gallinas FR que en las de JC. La resistencia a la rotura de las tibias fue mayor en las gallinas blancas que en las marrones, aunque ello no se evidenciara en sus niveles de cenizas.
También se observó una interacción entre el tipo de alojamiento y la genética de las aves en cuanto a la calidad del hueso del fémur, siendo el de las gallinas blancas FR mayor que el de las marrones.
De forma similar, todas las gallinas instaladas en el sistema FR tuvieron un mayor volumen de hueso trabecular que las instaladas en JC.
El tipo genético de las gallinas también estuvo implicado en las propiedades del hueso cortical al ser el volumen óseo de la tibia de las blancas superior que el de las marrones, al igual que la proporción de hueso trabecular.
En resumen, estos resultados muestran que el sistema de alojamiento de las gallinas en sistemas extensivos en las cuales las aves pueden hacer ejercicio, como aves camperas, con salida al aire libre, reducen la pérdida de hueso estructural, estimulan la formación ósea y mejoran la fortaleza de los huevos, aunque estos efectos no son los mismos en todas las estirpes.